Charlie

El amor es el silencio más fino. Jaime Sabines. Escucharme a mi mismo cómo si el eco de tu voz  no fuera suficiente Qué manera más trágica  de liquidar al silencio que oir tu risa negra Encender la luz Apagarla de nuevo Confundir a todos los zancudos ansiosos de droga luminosa Hacer de mis quince metros cuadrados de espacio finito la más banal discoteca primaveral Esperar a que el bombillo muera de inanición eléctrica entonces la luz lunar  hará en la pared tu silueta coloreada a pincelazos y desearás estar acostada conmigo viendo las estrellas en San Valentín recibiendo mi riñón derecho recibiendo mis córneas recibiendo mi pulmón izquierdo todo eso a cambio de tu corazón lleno de olvido Decir lo siento escuchar tus disculpas despertar volver a dormir y tener esta pesadilla  hasta el infinito de los recuerdos que son mas ensordecedores que la puntuación dramática y etérea del silencio. 

Y fue su silencio el que me dio todas sus respuestas. Victor De La Hoz. A Bea Caicedo. Escucha la música en lo alto del volumen en la intensidad del bajo más fuerte que tu calor en el sonar del piano sumergido en la humedad de tu respiración en la resonancia disfónica de la armónica All i want is nothing more...  to hear you knocking at my door  Suena otra canción trágica de Kodaline  Otra y otra...  hasta que el sonido es un secreto La acústica se encarcela en el playlist de tus tímpanos  acumulando vibraciones amargas de ritmo haciéndolos explotar cómo la lama ardiente de mis poros callar y querer hablar es la armonía perfecta que baila con tu mirada en las penumbras  y saborea tus abrazos en la danza  de la ausencia del sonido El silencio...  no es más que la música de los sordos  La voz...  una excusa para darle sonido a las miradas  Después de todo qué sonido puede ser más bello  qué el del propio universo  el vibrato de Dios  el canto de tus mejillas los gritos de las nubes  el d

Y al oír tu voz se verán defraudados los panales y no creerán más en las abejas. Jorge Rojas. El universo se quedó sin materia oscura El tiempo sin medidas ni movimientos Las estrellas sin sueños ni patrones inmóviles La música tiembla de la arritmia cardiaca Los poemas sin métrica caen en la afónica retórica El óxido de los parques se extiende cómo tu cáncer Mira cómo vuelan las mariposas de mi estómago por el aire A los niños les falta tiempo y les sobra la calvicie A las sonrisas le hacen falta carcajadas Al cielo nubes de azúcar rosas A mi corazón le sobran corazas A mi cuerpo le sobra tu ausencia A mi cama le faltan tus sobras Ya nada es igual.

Si la noche fuera fuego lo que haríamos en ella sería el calor. Tocarse la yema de los dedos oler las partículas de silencio pensar que esto no es más que un sueño una pesadilla rítmica con un aire de jazz sentir el aliento frío de la noche soplando por la ventana que susurra palabras al ritmo del indie dramático a esta ciudad roja le hace falta luz y palabras eléctricas le hace falta un par de besos a la una de la mañana le hace falta ser joven y seducir le hace falta sonreír cómo nueve gatos locos solterones la hace falta más misterio le hace falta ser más oscura para que el sabor de tu risa la alumbre salgamos del letargo constante escribamos poemas en la madrugada cumplamos deseos, maullemos juntos. Sigamos buscando excusas para encontrarnos así le daremos sentido al insomnio.